domingo, 13 de enero de 2008

Abrigo otoñal


Atardece en la vida, ya es otoño
los años blanquean nuestras sienes
desaparece la pasión ardiente
y comienza en nosotros otra vida...
más pausada, más calma, más serena.
Nuestro amor se acrecienta con ternura,
ojalá nuestras almas no sean dos, sino una.
Pretendiendo aquilatar lo mucho que se aprende.
Mirándonos los ojos cada día.
Qué pronto que pasaron estos años,
más no digas querido que no es bueno,
después del fuego, del verano intenso
este amor tibiecito del otoño.
Al caer las hojas secas van dejando
un capital de experiencia que nos nutre,
donde las noches igual tienen estrellas.
Si atesoramos el paso de los años,
tal vez sea la estación de las cosas más bellas.
Lili Frezza
noralilianaf@yahoo.com.ar

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